miércoles, 27 de abril de 2011

Tomando mate en La Paz...

Acabo de empezar el mate, que sencilla y hermosa sensación. Acomode la mesita de luz en frente de la cama, cual si fuera un escritorio. Ah! Una cama y una ventana, por donde entra la luz de la mañana. Como valora todo uno. Lo simple se vuelve tan importante. Cuando el colchón ah sido tierra, y el recuerdo del azúcar, es lo único que endulza una taza.

Hace un tiempo que decidí armar mi futuro, empecé a creer, que la suerte y la casualidad, solo eran condiciones para la gente vaga e inútil. Que era bueno soñar y armar proyectos, por mas utópicos e irreales que fueran, pero solo haciendo cosas, directa o indirectamente, para llevarlos al plano de la realidad, y sin abandonar la idea nunca, es que se podía llegar a concretarlos, a veces sobres las ruedas de uno, otras veces como sea…

Baje hasta una de las plazas principales en Potosí, el cuerpo estaba chau! Me senté en un banco y realmente sentí que el sol estaba más cerca de lo habitual. Mire para varios lados, buscando ayuda o algo así. Era una ciudad grande, de la cual no sabía nada, y ya no quería ni subir, ni bajar, solo una ducha y descansar. En menos de 5 minutos, las aristas de una ayuda, empezaron asomar. Una chica extranjera me dijo si se podía sentar? Apenas lo hizo, le pregunte donde se alojaba? Me dijo que no se acordaba el nombre, pero que era cerca. Al rato vino un amigo, 2 minutos mas tarde cayo, un amigo de los dos, que no paraba con ellos. Le pregunte lo mismo, la respuesta, fue “Koala” joya! (el hostel de los motoqueros del informe anterior) me llevaron hasta ahí.

Apenas entre en el hostel, al primero que vi, fue a Guille, luego a Nacha(los franceses del informe anterior) que alegría!, ellos me contaron, que pensaban, quizás nos encontrábamos, y yo mientras subía pensaba igual. Es lo bueno de esto viajes, la gente buena que podes volver a encontrar. Ellos no iban a estar ahí, pero guille se sintió mal esa mañana y por eso, no viajaron. Se quedaron un día más y la pasamos re bien.

Entre los saludos y decirnos lo pasado, una mujer, petisita y muy sonriente, me dijo que había un lugar. Se llamaba María, y es la encargada del anexo del hostel “the koala den”. En esos días que pase ahí, nos fuimos conociendo y compartiendo comidas, recetas, cosas de la vida, las que dan pena y las que hacen sonreír, gracias María!

Potosí es una ciudad muy antigua, la arquitectura es algo que sorprende en cuanto a belleza y diseño, mezcla de nativo, barroco y neoclásico, con un toque de descontrol, típico de las ciudades Bolivianas. Iglesias a montones. Abogados cada tres metros (hay calles enteras, atestadas de estudios) y el Potosí, gigante emperador, le ha dado y quitado, mil cosas a sus habitantes, incluso la vida.

El tercer día voy a desayunar al primer hostal (Junin 56) donde se sirve el desayuno, muy bueno y completísimo. Los dos hostel son muy lindos y tienen de todo. Hable con Eduardo, el dueño, le ofrecí trabajo a cambio, de casa y comida, quedamos de acuerdo, desde esa noche no pagaba mas, y empezaba con algo de cocina y unos dibujos en las paredes. Resumiendo, Eduardo se enfiesto ese fin de semana, entonces no pude empezar nada, recién el martes pude hablar con el, y le dije, que me sentía algo incomodo ya que no había sabido que hacer, el me pidió disculpas, y me dijo que estaba todo bien, que el se había colgado y que no le debía nada, que me quedara tranquilo hasta irme, joia!!!

Igual, el domingo, me había ido a la tarde con Tom, Jouris, y Laura (dos franceses y ella belga, que conocí ahí) rumbo al ojo del inca, como a 15 minutos de la ciudad x $4. Allá nos encontramos, con un árabe, una francesa, un sueco y unas ingles. Lo que me hacia el único latino parlante del grupo jeje. Nos fuimos al agua, faaa! Nadar a mas de 3600 metros de altura, con el agua a 36 grados, es algo que te deja sin aire, literalmente. Hasta la noche estuve flotando y contemplando a mí alrededor. Esa noche era luna llena. Tom saco algo de música, entre vinos y algo para picar, todos empezamos hablar el mismo idioma, el de la paz. De fondo se escuchaba Manu Chao “…que pasa por la calle? Nada, no pasa nada…” y todos estábamos bajo el manto, de la gran reina, redonda y blanca.

Creo que pase unos 7 días en ese hostel, casi todo el tiempo había extranjeros, que hablaban muy poco español, pero no es un problema, ya que habiendo predisposición de los dos lados, se entiende, contrario a algunas personas de acá, las cuales, hablan en quechua o aimara, sabiendo hablar castellano, y en cuanto les preguntas, que’ se te ríen con el que tiene al lado o te tratan de gringo despectivamente, subiendo y bajando los precios según le vengan ganas.

Entre risas y chistes me despedí de la gente del hostel, pero muy especialmente, de María y su gatita “Blanquita” por compañeras esos días.

Salí, no se que día, miércoles, quizás, como a las 9:30 has. Recorrí 45 km. Hasta Yocalla, el paisaje abundaba en rojos, en cerros gigantesco manchas verdes y amarillas, como si un pintor descuidado, hubiera ido derramando esos colores sobre ellos.

Pare en unas ruinas sin techo. Me había olvidado de cargar las pilas de la linterna, lo que me hizo apresurarme para armar el campamento, antes que se acabara la luz.

Me levante como a las 7:00 hs. No me sentía bien del hígado. Desayune, ya casi no me quedaba azúcar, y leche, muy poca.

Arranque, otra vez las subidas, sentir el yugo de Bolivia, en los músculos, en los pulmones, en las ganas y hasta, en el estomago. Lo que salva esas subidas, es que en las cimas, la viste, te llena, te hace sentir libre. Los sembradíos, hacen dibujos sobre los cerros, que van cambiando su apariencia, ya nos hay muchos picos, son redondeados, y con mantos verdes, donde se destacan, amarillos, rojos y marrones, de papas y diferentes cereales a esas alturas.

Pase varios poblados, como Cieneguillas y Chullpa Khasa, en este ultimo, cuesta arriba, me sentía bastante mal y molesto, empezaban en mi, a surgir las ganas de irme de por ahí. Me recompuse un poco, seguí la trepada, faltaban más de 2oo km para Oruro, y si algunas personas son hostiles en las ciudades, en los pueblos no cambia mucho, a veces empeora. Estaba llegando el medio día, el sol hacia hincapié en mi estado. Decidí que hacia un par de km, mas y empezaba a hacer dedos. Entonces otro vehículo, toco bocina atrás mío, eso si saben hacer, no así, conducir bien. Lo maldecí hasta en quechua creo y le hice señas para que pasara, freno como 15 mts. Entonces me di cuenta que era una oportunidad, y que lo que había frenado, era mi pasaje para acortar mi ruta.

Eran Enrique Ruiz Garrón y Salomón Calderón Alfaro, me preguntaron si me alcanzaban un par de km? Asique subí la bici, y hasta Oruro no paramos jeje. Me contaron varias cosas, por ejemplo del “Cerro Rico” como le dicen al Potosí, que es explotado desde 1610, donde se paga muy poco y se trabaja muchísimo. Se muere dentro del cerro y fuera de el, por el “mal de mina” que ataca a los pulmones, después de varios años de trabajo, sacando los metales preciosos de ahí. Me hablaron de la discriminación que hay, no solo para los que no son del país, sino también entre ellos, como persisten las peleas entre Quechuas y Aimara, por ejemplo.


Esas zonas llegando a Oruro, están llenas de sal, lo cual hace un efecto de agua al mediodía, y donde parece que los cerros, están sumergidos en ellos.

Llegamos a Oruro, me invitaron a comer la especialidad de ahí “cordero” no me pude negar, o mejoraba el malestar o empeoraba. Me desearon lo mejor, me dejaron unas manzanas riquísimas y me dejaron en un alojamiento. Lamento haberme olvidado de sacar una foto con ellos, igual gracias.

Solo di unas vueltas por la ciudad, no conocí nada, pero no me pareció muy lindo, ya me quería ir. A donde? Mas al norte, al calor, Sorata, Coroico, calor, donde la gente, dicen es mas amable. Pero Oruro quedaba a230 km. De La Paz y de ahí hasta Sorata había 90 mas, como lo hacia? Me esperaba no solo la distancia, también la dureza de la puna. Si quiero algo, no es por capricho, sino por sentirme mejor. Mi energía estaba cambiando, y eso podía hacer, y hacerme mal.

Me levante dispuesto a llegar en breve, a la gran ciudad, al salir, diferentes esculturas doradas, me dejaron impresionado. Quizás vuelva sin nada a Argentina, pero mi ojos tendrán tatuados en su retina, el arte de Latinoamérica, junto con mil cosas que me dará este viaje, entonces seré inmensamente rico por dentro, y eso, nada, ni nadie, te lo pude quitar.

Por fin la ruta prometía, pocas subidas y solo rectas, que me iban a permitir avanzar mas rápido, quizás silbar y hasta cantar (cosa imposible en los tramos anteriores) contento rumbo a la paz. Allá al fondo veía cerros nevados, por fin una velocidad constante, me permitía avanzar tranquilamente. Después de una hora frene, saque el termo y el mate. Les juro que el viento silbaba una melodía”…todo me demuestra que al final de cuentas, termino cada día, empiezo cada día,. Creyendo en mañana, fracaso hoy…tanta verdad hay en vivir, el presente…”

Como a 40 km. De Oruro esta Cara Collo, compre provisiones, avance varios km. No como los otros tramos, pero en la puna tampoco es fácil, no hay arboles, ni quebradas para refugiarse. A la tarde el viento en contra, se hizo presente. A ver… como les explico…imagínense la ruta dese Cruz del Eje a Deán Funes. Con mucho sol, viento en contra y como a 3000 mts. Hermoso! El sueño de cualquier ciclista. Una laguna me hizo frenar a merendar. Los sembradíos, me quitaban más la respiración, que la altura.

Mientras el sol decía chau, a lo lejos divise el cause de un rio. Me llegue hasta ahí. Unos pequeños barrancos podían resguardarme del frio y el viento reinante. Hay unos arbustos muy pequeños, que están verdes, pero entre medio, tienen ramas cecas que aguantan bastante el fuego. Guisito y pan, tenia que recuperarme bien de los 63 km. De ese día. Guarde algo de leña para desayunar, y me dormí bajo un velo de frio que se hacia sentir.

Comenzaba mi segundo día rumbo a la gran ciudad. Me tome algo caliente, Salí tipo 9. Pase un pueblo llamado cacen, otro llamado Panduro, baje hasta un almacén, pedí agua, y supuestamente no tenían. Mi energía al empezar el día no era la misma. Llegue hasta otro pueblo mas grande, llamado Konani, con un peaje, como a 18 km. De la laguna, me dieron agua, y continúe hasta un caserío llamado Viloco, almorcé en una plaza olvidada, había mucho, pero mucho viento. Quería irme ya de ahí. Como a las 2 me fui a la ruta y comencé a hacer dedo. Lo único que conseguí, fue burlas de los automovilistas (que aparte de bocinazos, es otra cosa que les encanta) visto y considerando, que no quedaba otra que pedalear, tipo 15:30, zarpe. El viento me había hecho esforzar demasiado los músculos, y un dolor en el tendón del pie derecho me hacia dudar, pero las ganas de irme, me hacían seguir. Seguí hasta Sica Sica, pensé en hacer noche, pero había muchos borrachos en el pueblo, y otros gritando gringo y cosas en sus lenguas, preferí no quedarme, sino, todo iba terminar en un mal momento. Más adelante estaba Patacamaya, pero corría ya el riesgo de hacerme mal en el pie. Estaba en la pampa y en la vía, el atardecer llegaba y la desesperación venia atrás mío, solo quise que no me alcanzara. Divise una construcción redonda con el techo semi entero, estaba en medio de un campo arado, la necesidad tiene cara de hereje (siempre lo dijo mi vieja y mi abuela) me metí ahí, adentro encontré algunas ramas, lo justo para hacerme algo caliente de cena, pero nada mas, afuera solo había lago de paja brava. La verdad es que algo de miedo me hacia pensar, me daba desconfianza, eso no me dejo descansar bien, y los ruidos de la ruta me hicieron perseguir, y tenerme en vela casi toda la noche.

Me quería ir, el deseo se hacia mas fuerte, pero los 53 km. Me habían maltratado el cuerpo y el sol me había marcado también. A las 7 de la mañana decidí que la indiferencia de cierta gente, no me iba hacer mal. La leche fría y sin azúcar, con pan de antes de ayer, eras mi desayuno, pero esto no me iba matar, y como sea iba llegar a la paz ese día, aunque 100 km. Me separaran de ella.pedalee tranquilo unos 18 km. Luego el viento llego y me acompaño hasta Patacamaya, compre provisiones y seguí, frene pasado el pueblo y mientras comía algo, vi pasar un viejito, en una bici inglesa, eso hizo que me reanimara. Seguí unos km. Pero el viento, el cansancio y las pocas ganas de andar por ahí me hacían pensar, pero el saber que si persistía, iba dar sus frutos me hacia pedalear. Vi una subida, no podía ser peor que las del Potosí, la pase, al final había un camión al costado, delante de el, un hombre con un niño, estaban arreglando lo que parecía ser un tanque. Los salude y segui, algo malo había en mi, ese estúpido sentimiento, llamado orgullo, que tenemos los humanos, y pensaba, si nadie me dio una mano…en ese momento pegue media vuelta, porque tenia que devolver la misma moneda? Llegue hasta ellos y les pregunte si necesitaban ayuda, amablemente el camionero me dijo que si, le ayude a poner el inmenso tanque en su lugar y todo lo que había sentido antes se fue. Resumiendo el camionero iba a La Paz, se ofreció a llevarme, asique, cargue la bici, y allá van!!!!

El camión rompió de vuelta, en El Alto, ciudad gigante anterior a La Paz, agradecí al camionero, y continúe con alegría los casi 20 km entre mucha gente y transporte publico, que me separaban de la gran ciudad. Como a las 16 has. Entre, es imponente la verdad, esa urbe esta situada en una “hoyada” como le llaman ellos. Llegue por fin llegue.

Ahora estoy en un hostal, en el cual las paredes hablan, pero eso serán par contar el próximo informe…jeje

Lo que he contado del trato del las personas, no quiero que sea tomado como algo en contra de todos, son solo un par. Yo creo que ellos deben sentir lo mismo cuando están en nuestros país, y son tratados como bolivianos despectivamente, esa clase de tratos, me parece mal, muy mal ya sea acá o allá, por culpa de ese tipo de estupideces este mundo se sigue separando, por culpa de esa clase de comportamiento nos estamos destruyendo, seguimos disiendo que el fin del mundo va llegar de la mano de alguna catástrofe, lo cual tapa la realidad, de que nos estamos acabando, estamos terminando de a poco con nuestras existencia y esta en nosotros poderlo remediar.


Saben? Cuando escribo acá, no es para contar sobre la historia de los pueblos, solamente, o de sus sociedades, arquitectura, costumbres etc. No es solo eso, y de ultima tampoco se si lo hago bien. Yo quiero o pretendo demostrar que hay otra forma de vivir, pero que hay que descubrirla. Entre medio se cruza esta historia, nada en particular, pero es mi vida y he decidido compartirla con ustedes, si lo aceptan y si les sirve, lo seguiré haciendo con gusto.


Hay una canción de Resistencia Suburbana que se llama”va servir” si pueden escúchenla cuando terminen de leer, suelo tomar todo como dice ese canción, quizás nos conectemos y de esa forma no caminar solo en esta inmensa ciudad.

Desde esta jungla de cemento, este ciclocolifato se despide, hasta las próximas letras.

Santi de la luna

Otro barrio

Soy de un lugar,

Otro barrio

Pero es difícil de explicar.


No tiene bandera

No tiene himno

Ni frontera

Ni gobierno.


Tiene rio, mar y playa,

Monte, montaña y pampa.

Tiene quebradas, lagos y lagunas,

Frutales, cardones y dunas.


No tiene jubilados

No tiene desempleados

Ni en negro

Ni en blanco.

Tiene colorados y amarillos,

Negros, blancos y payos,

Bajitos, medianos y altos.

Ojos marrones, azules, beige,

Saltones, chiquitos o rasgados.


Llega gente de allá,

Pero el idioma que hay

En este lugar,

Todos lo saben hablar.

Yo soy d un barrio

Llamado Libertad.


Otro lugar

Es difícil de llegar.


No tiene carteles

No tiene semáforos

Ni boletas

Ni municipal frustrado.

Tiene sueños, soles y mojarritas,

Perros, colores y alegría.

Tiene canciones, rumba y caracoles,

Chistes, cosquillas y flores.


Viene gente mala de allá,

Pero hay algo

Por lo cual no pueden entrar,

Y es que el aire de ahí

Les hace muy mal.

Yo soy de ese barrio

Llamado Libertad.


Otro lugar

Es difícil

Sino te la jugas.

Tiene todo lo que queres

Y nada por perder.


Se llega siendo honesto, humilde y solidario,

Trabajador, luchador y desinteresado.


Esta lejos, como cerca.

Solo si sabes a donde vas

Podes tener la respuesta.

Si queres una señal

El respeto es una flecha.


Venite para acá,

Deja de renegar,

Yo se lo que se siente

Cuando no podes respirar.

Ahora vivo en este barrio

Llamado Libertad.

…los que llegan

Jamás se van…

Santi de la luna

sábado, 16 de abril de 2011

¡El pibe de los astilleros nunca se rendía!

Cuando uno se propone algo, alguna meta, cual grande o pequeño que sea, el deseo es concretarlo. No es el tamaño de lo que uno emprende, lo que generalmente hace que uno, no cumpla, sino todo lo que sucede, entre el principio y esa meta.

En Tupiza agarre ni mapa de Bolivia y comencé a preguntar a la gente sobre Potosí, aparte Germain (uno de los franceses que estudiaba geografía, me decía, ni en Nepal hay una ciudad construida tan alto) otra era la voz de mi vieja, que desde chico me metió, sin presión, toda la cultura precolombina de Latinoamérica en la sesera, y Potosí me sonaba a mucha historia. Una carta había salido de la baraja, ahora, como llegar hasta ella, no era tan fácil, pero no por fácil elegí esta forma de vida.

Entre Tupiza y la meta, había 256 km. A mas de 2500 mts. De altura y la mayoría de los tramos en subida, eso hace que todo se haga mas largo, y lo que les voy a contar ahora, no solo es, como llegue a esa ciudad, sino como el esfuerzo y la perseverancia, son los peldaños para unir el principio con el fin:
Era el jueves 7 de abril, prepare mis cosas en el hotel J.J.Cruz (calle Florida 19) me despedí de los franceses (Nacha y Guillarme, Sandra y Germain) y de Ángel, un guía personaje de Bolivia, con los cuales me había comido un azadazo, la noche anterior jeje. Algunas personas no la ves mas, y otras, el destino se encarga, ya van a ver.

Salí rumbo a Cotagaita, una de las primeras subidas, me esperaba, tranquila, bajo un sol que iba en aumento, en total sol para esa trepada, fueron 3 horas de pedaleo, pero entre medio pare a almorzar, junto a unos molles. Prepare el fuego, corte las verduras, mientras sentía como una tormenta daba vuelta por los cerros, pero dudo en caer y esta vez, me perdono. Siestita y a la ruta. Pasada la primer prueba, a unos 20 km. Se encontraba Hornillos, un caserío, pero no frene, decidí aprovechar la planicie para avanzar todo lo que la subida me había restado. En breve una tormenta se armo sobre mi, me jugué a seguir un par de kilómetros y a tratar de encontrar alguna construcción abandonada (todo estos lugares abundan en paisajes y cada tanto construcciones dejadas). Rayos que bajaban y el viento que soplaba, me decían que tenía que apurarme. Al no encontrar construcción alguna, divise como un paramo con algunos arboles frondosos. Baje hasta ahí, alcance a poner la bici contra uno de esos arboles, pero lo que hacia unas horas me había perdonado, en ese momento se hizo presente. Ahí caí en la cuenta, de que con Fran, nunca habíamos armado la carpa, y de que entre gotas y viento, tenia que aprender rápido. Decidí relajarme, un par de rayos me hicieron dudar igual je. Algo parecido a una carpa, estaba bajo el árbol, y eso ya era mejor que nada. Había calentado agua en la parada anterior y eso me salvo. Tome unos mates con galletas, y estar calentito por dentro, me hacia sonreír. La lluvia caía, yo estaba resguardado.

Me levante y todo alrededor estaba mojado, desayune como pude (a veces no hay elección) había algunas nubes, pero el sol quería salir. Hice un par de km. Y en un almacencito compre provisiones (turrones, viandada, y un alfajor, mi regalo para ese día) un poco mas adelante, como a unos 12 km. Esta S. Antonio de no se que… un poblado, cargue agua caliente. Tenía el líquido elemento, pero ya no tenia asfalto, solo sol y tierra.

Pare mas adelante, en una barranca que ha hecho el rio (cuando corre, ahora seco) unos metros antes de un poblado llamado Cazon (son lugares muy pequeños al costado del camino, pero sirven por si falta algo). Me arme mi fueguito y espere tranquilo mientras cocinaba mi almuerzo. Mientras revise mi mapa, disfrute de la sombra y varios chicos se llegaron hasta ahí, me acribillaron a preguntas, en tanto se probaban mi casco, los guantes, y reían con mi pelo, y como hablaba. Termine de comer y se largo un chaparrón. Atrás mío ya había estado fichando un semi construcción, con techo abandonada, tape la bici c la lona (gracias Jorgito de “el mundo en 2 cv”) me refugie. En estos momentos reflexiono, me relajo, veo lo que tengo y no lo que me falta, y así mantengo el equilibrio entre mi mente, mi cuerpo, mi vida y este viaje.

Salí con un poco de sol como a las 16 hs. Rumbo a Cotagaita. El camino se hace pesado, con muchos desvíos, ya que está dele pavimentar. Como a las 17:30 entre en el pueblo. Me sorprendió, bastante grande y con varios servicios (alojamiento, teléfonos, internet, etc.… acá no es fácil encontrar todo esto).

El pueblo se encuentra en un valle bastante lindo (me hacia acordar un poco a nuestras sierras) busque un lugar para dormir,”El buen descanso” (Av. Chichas s/n) x 20 bolivianos, una buena ducha, habitación para ni sol y una gran y cómoda cama. Buena gente es atendida por una familia. Después del baño Salí a comer algo. Cuando paro en pueblos trato de dormir en algún lugar cómodo y de comer algo diferente, para recomponer el cuerpo y la cabeza, va!! Igual las comidas por estos lados no son para deportistas. Paso a contarles lo que es el general, de la comidas acá en estos lugares, menú: sopa (caldo de verdura y carme, fideos, Abas, maíz, perejil y lluvia de papas fritas, toma!) y segundo (pollo al espiedo o frito c/ ensalada de tomate y cebolla, acompañado con arroz y papas fritas, muy abundante) ah!!! Si gente de paladar exquisito abstenerse, la comida en las calles abunda pero no la limpieza ni la variedad. Dijo un amigo (Gustavo Teran) “la bebida caliente y la comida fría” es así regularmente.
Hasta acá había hecho 50 km. Mas los 44 km. Del día anterior, las piernas me dolían, decidí quedarme otro día.

Amanecí tomando mate y rememorando Cosquin, después Salí a comprar provisiones, acá los mercados tienen buena fruta y verdura, barata, al igual que en las calles.
Ismael Jorge Castro es un hombre que vende diario y que al paso me conto algo, de la historia de su pueblo. Allí y en la zona, se libro la batalla para liberar a Bolivia y que a pesar de eso, era un lugar olvidado.

A la tarde me fui a caminar por varios lados y tome fotos desde lo alto de un cerro y sus alrededores, luego tome unos mates en la plaza. Allí se acercaron dos chicas: Ilda Vilca B. y Ruth Calisaya, muy amigables me contaron otras historias, como la de la “Chaskañhli”, que al parecer era una mujer que tenia una especie de pulpería, donde solo se vendía chicha, y que todos los hombres iban ahí, no por la bebida sino seducidos por la belleza de ella, de ahí que le dicen Santiago de Cotagaita, tierra de la mujeres bellas y de hombres valientes ojo!!!. Me dejaron un dibujo en mi cuaderno de bocetos (regalo de la banda de los molles para mi cumple).

El 11 de abril me fui del pueblo temprano, y encare la segunda subida, me costo 2:30 hs. Son desalentadoras, por ahí vas a 4 km/h y no paras de pedalear, y el sol te deja como mojarra en sartén. Lo bueno fue que casi llegando al final de la cuesta, me alcanzo un ciclista, Roberto Huaytes Sossa, de un pueblo en los cerros llamado Tocla, profe de matemáticas. Fue bueno encontrarlo, pedalear e ir conversando, me sentí por un rato acompañado en la ruta. La pendiente me dejo hecho hilachas. Par a almorzar bajo unos molles (compañeros en estos caminos) llovió un poco mientras cocinaba, pero el fuego me lo tapaba una rama, me refugie con la bici y zafaroni!!!

Faltaba lo mejor! Una tercer subida, va `´pa que decirles, era inhumano. Primero una gran bajada a 70 km/h como unos 3 km. Hasta Tumusla y de ahí mamila! El que te dije, se me lleno de preguntas. Me hice de tripas corazón y la encare, pedalee como 2:30 hs., siempre paro un rato a tomar mate o a estirar, pero igual son fatales. No la pude terminar, me faltaron unos km. e hice noche en un caserío llamado Orcla o algo así. Mientras armaba mi cena, una tormenta amenazaba, pero tenía más tiempo que antes. Arme la carpa, cene y me dormí con la lluvia, previo una luna espectacular.

El 12 del corriente, como los 54 km. Del día anterior, tenía el cuerpo pesado y todavía faltaba un poco de esta subida. Bajo el sol que derretía cardones, empecé la escalada. Me costo como una hora mas, pero la pase. Se fue la subida y comenzó otra vez la tierra y los subí baja. El medio día me agarro queriendo llegar a VItichi, era infernal el calorón. Me cruce a dos motoqueros de diferentes lados del mundo, que me aconsejaron, ya que venían bajando por Latinoamérica, y me recomendaron un hostal en Potosí “” koala den”. Casi no llego a Vitichi, pero al fin si. Me baje como pude de la bici y me metí al mercado, una señora muy amble me dio el menú y una buena charla por 12 bolivianos que es lo que cuesta en todos lados. Me aprovisione y después de la siesta en el banco de la plaza. Salí para hacer un par de km. Antes del atardecer, pero sin asfalto y con algo de arena, solo 8 km. Y acampe, en medio de la nada. Improvise una tienda con la lona y la bici, cene y hasta me hice un arroz con leche, gurda algo para el desayuno. Lo único que salva la soledad de cuando se oculta el sol, son las noches con mil estrellas y la luna, fiel seguidora de mi historia, junto con la gente que me quiere.

Ya habían pasado un par de días, amanecí con mucho roció y un frio que le quedaba bien. Quería llegar a Potosí iaaa!, una ducha me hacia soñar, pero faltaba y mi cuerpo lo sentía. El sol estaba mas cerca, y el gran cerro también, pero lo poco que faltaba había que pedalearlo. La altura cada vez la sentía más, las piernas cada vez menos, pero no podía dejarme ganar por la desesperación, he pasado cosas tristes como todos y esto no era tan terrible. El camino se ponía peor, canto rodado, piedras grandes, desmoronamientos, huecos. Frene al medio día cerca de un rio amarillo, comí y descanse hasta las 15:30hs, y Salí, no quería que el atardecer me pille sobre la bici. Quería llegar hasta Cucho Ingenio, 40 km. Antes de Potosí. Mis ganas estaban adelante y mi cuerpo atrás, agotado pare varias veces. Lo único que me dio respiro fue el asfalto unos 8 km antes de Cucho, fiuuu!!. Llegue como a las 18hs. Busque un lugar, solo había uno, una estación de servicio, pague una pieza horrible y sucia 10 bolivianos, pero no quedaba otra, no podía mas, cene y me desmaye.

Me levante dispuesto a terminar con esta agonía de 7 días. 39 km. El día anterior, me esperaban 40 mas. En realidad es subida, pero o tan terrible como las anteriores, pero que paso? Me confié en las provisiones, la altura ya era de 4000mts. Y el cansancio hizo que padeciera estos pocos kilómetros que restaban. Me comí todo como en 10 paradas que hice, el cuerpo no me respondía (ya se que hice mal en no descansar, pero ya estaba ahí).

Dude en seguir, y parar ahí hasta el otro día, pero faltaban solo 10 km. Llegue hasta el peaje de la entrada de la ciudad, pero no la veía. El cerro gigante a mi izquierda me decía, ya estas solo un esfuerzo mas, encare la ultima subida que había estado mirando hacia media hora, frene a la mitad, tome algo, y lo hice. Se me caían las lagrimas bajando por el costado del gran e imponente Potosí, nadie me podía quitar esa sensación, de haberlo logrado y no claudicar en el intento.

Como ven, se puede, solo hay que perseverar, no se abandonan los sueños, se lucha hasta hacerlos realidad. Se aprende en el camino, cuesta mucho, pero el sabor no se olvida nunca más.
Bolivia es un país difícil, la gente no es tan amable. Pero es por tantos años de sufrir y de padecer abusos. Acá yo soy gringo para ellos y eso te lo hacen sentir. Hay poco trabajo y no se paga mucho. Pero mantienen su cultura y abundan en paisajes, y son gente muy fuerte, y cuando te puedes conectar con ellos, la pasas bien.

No se para donde voy, no se si me quedo un par de días acá para recuperarme. Lo único que se es que pude llegar hasta acá y que va ser difícil frenarme, “no soy un profeta, soy un simple aguantador” (por la ciudad, La Vela Puerca).

Quisiera dedicar esta etapa a todas les personas que lucharon y que luchan por sus sueños, que son los que me dan fuerza, que son los que derriban las utopías y convierten a este mundo en un mejor lugar.

Desde Potosí, este ciclocolifato se despide, hasta las próximas letras.

Santi de la luna

miércoles, 6 de abril de 2011

Ellos me hablarán de su patria, yo les hablaré de la mía!!!

Me desperte en Tupiza, rodeado, como hace tiempo, de cerros de colores. Todavia no vi nada,, solo se, que ya no estoy en Argentina, y que otra aventura comienza o en realidad, continua. Ahora saben que ando por estos lados, lo que no saben es como llegue hasta estas alturas, lo cual es el motivo del siguiente informe. Comienzo a recordar Tilcara y miles de emociones, dictan lo que voy a contar. Estando alla, nunca puse una fecha de partida, lo cual hacia pensar a muchos que no iba a existir tal fecha. No se cuando fue, pero un dia empeze a decir que el 30 de marzo, este cuerpito se retiraba de Tilcara. Cuando decido algo, es dificil que lo cambie, si bien motivos para quedarme, abundaban, la decision ya estaba tomada. Varias despedidas y brindis, se amontonaron los ultimos dias, pero el 30 a la mañana me sorprendieron, la gente que a lo largo de mi estadia en ese pueblito, me hicieron sentir coo en casa. Ahi estaban, desayunando conmigo: las 2 Marus, la Mari, Dieguito, Pablito, y la Solcito(tambien Martin Carugo y Jorge, un colifato español, que anda recorriendo el mundo en un 2 cv) ah! falto el Dari, que por telefono se hizo presente.



En momentos solo seguia preparando todo en la bici, pero miraba a alguno de ellos y queria abrazarlos. Me dieron tanto sin conocerme, y cuando me conocieron, no hicieron mas que ayudarme. Son otros mas que suben a mi bici, y pedalean conmigo.



Todo se atraso un poco, con gusto. Sali como a las 11 hs. del hostel "Los Mollles" (si pueden conozcanlo, me van entender mejor) Me acompaño un par de km. Fran(Francisco Champa) un amigoque conoci al ultimo y con el cual entrene unos dias. El junto a su novia Elo, me dieron un regalito que me va ayudar mas adelante,mil gracias.



El sol estaba muy fuerte, y mi estado no era el mejor. Frene en Huacalera, compre algo para comer y me tire en una sombra a siestar. Arranque de vuelta como a las 16 hs., pero llegar hasta Humahuaca, me hizo sentir cada asado y brindis, en cada musculo. Al fin, al atardecer llegue, busque un lugar que me habia dicho Maru( Marisel Vedia), el hostel de Carlitos (pampa 81) lindo lugar, una casona gigante con muy buena onda, baño con agua caliente, que en ese momento era lo unico que me importaba, lo segundo era dormir iaaaaaaa!.



Me levante temprano, pero se me hizo tarde de vuelta. Sali a la ruta, me cruze 2 llamas con bermudas, un caloron!!Para el medio diaestaba en medio de la nada y con poca agua, pero con una sonrisa que no se me borraba, estaba en la ruta otra vez. Pare bajo un arbolito, me prepare un guisito, y me lo comi todito jeje, siestita y luego al pedal otra vez. Si bien todos hablan de la Quebrada de Humahuaca y sus alrededores, desde ahi hasta la Quiaca, el paisaje estalla en colores y formas, los cerros parecen como si les hubieran pasado un rastrillo, y en cada zurco hubieran puesto diferentes gama de colores.



Si bien con Fran (Francisco Heredia) cuando llegamos a Tilcara, teniamos un promedio de 80 km. por dia, es algo que subiendo, se hace bastante dificil. Estoy acostumbrado a viajar solo, pero a veces sinto la ausencia de Fran, pinso que el estara bien y diciendo que siga! entonces lo siento a mi lado y empiezo a cantar como hacia con el..."quiero cantar, para no olvidarte un dia por simpre"(que paso? Bersuit Vergarabat) .



Queria llegra a Tres Cruses, pero estaba atardeciendo y las piernas no me respondia. Hasta Tres Cruses es todo subida, llevaba 46 km., me di vuelta he hice dedo, la segunda camioneta que paso, freno. Era Luis Dominguez, trabajaba para vialidad de Jujuy, una persona muy amable. Me dijo que iba hasta la Quiaca, pero cuando le dije que queria llegar a Yavi( a 15 km. de la Quiaca) sin que yo se lo propusiera, me dejo en la puerta del hostel de unos amigos "El Mirador". Ahi estab el Santi y el Machi, con la mejor bienvenida: pizza casera y fernet. Fui a buscar algo, a un bolsito que me habia regaladopablito(Pablo Rios) me di cuenta que se habia caido en el camino al no encontrarlo... perdi un par de cosas, el bolsito y $800, solo lamento el bolsito, hojala la plata le ayude a alguien. Si elegi esta forma de vida, no fue por el dinero, sino para buscar la forma de depender menos de el, gracias a eso, me uno mas con la vida y disfruto de lo simple que ella me da.



Pase unos dias increiblesen Yavi, "El Mirador " es un lugar acojedor, donde Santi y Machi te hacen sentir bien. Apenas pasaron unos dias y ya estaba, otra vez, compartiendo un asado, un vino con soda, y la posibilidad de no sentirme solo estando lejos. Los atardeceres en Yavi son de un cuento, con un pueblito que le hace juego, tranquilo y agradable, para quien busca estar suave. Mas cuando una mañana me encontre al borde de un espejo de agua, como a unos 8 km. del pueblo, realmente lo entendi al Chizzo cuando escribio "al fin vi la tierra bañada de sol, respire aire de las alturas y llene el cunco de mis ojos con los mas fragil de las locura" (lo fragil de la locura, La Renga). Incluso cerca de esa laguna, dento de unas pircas abandonadas se pueden observar petroglifos.



El 4 de Abril sali de Yavi, tempranito. En Villazon compre unas cosas, almorze con susy (una huesped de el mirador) que me hizo la dos desde que llegue hasta que me fui. Sali de ahi como a las 16 hs., rumbo a Tupiza a unos 90 km. o mas. Desidi hacerme amigo de las subidasy dejar de renegar con ellas. el atardecer llego como como a 48 km., desidi hacer noche en una construccion abandonada y destruida, pero que me podia servir de reparo. Improvise un campamento, no tenia mucho gas, asique fuego y olla. guisito de tirabuzon y al sobre. No arme la carpa, la noche era inmensa, como dijo Neruda, pero contrario a su poema, los astros tiritaban cerca, y eran millones. Me dormi bajo su manto y solo eso me hizo temblar.



Me desperte como a las 9hs. de Argentina osea a las 8 hs. de Bolivia.sali, cargue agua mas adelante en un lugar que se llama Mojo. Pare despues de otro pueblito que se llama Barriales, como a 27km. de donde hice noche, al lado de un puente. Sombra, rio, guiso de arroz pulenta! y sieston. Me levante, prepare unos mates y bajo unos sauces me acomode.



Tipo 16:30 hs. me propuse llegar hasta Tupiza como sea, fueron muchas subidas, pero en zig zag, las corte a todas(hasta ahora nunca me baje de la bici) tuve bajadas de casi 70 por hora, y mariposas en el pecho jaja(como dice Cacho Buenaventura). La noche me agarro en alguna zona aledaña a Tupiza. No sabia donde estaba, de repente el camino se hizo de tierra, un rio me separaba de una poblacionn que no creia que era la ciudad que buscaba. No me quise desesperar, pero no veia nada y no habia a quien preguntar. Vi un puentecito con luz, a lo lejos, me llegue hasta ahi y me pregunte a donde corno estaba!? la respuesta no tardo en llegar. Jose, venia en al bici, de trabajar de su chacrita, como me dijo. muy amablemente me llevo, por un acmino con luz, hasta su ciudad, Tupiza. Si es que existen, el fue un angel, en este camino. Me despedi de el, y recorri un poco la ciudad, le pregunte a unos chicos extarnjeros, si estaban parando en un hostel? me indicaron donde ellos estaban. Era en realidad un hotel, que se estaba estrenando, x $25 bolivianos c/ desayunoy agua caliente, me parecio baratyoy que me lo merecia. Acomode mis cosasen la habitacion, me pegue un baño y me fui a cenar, cuando volvi al hostel me encontre con los Franceses, que me habian dicho del lugar, uno me pregunto si queria tomar algo? que tenia fernet y coca para combidarme, preguntarle eso a un Cordobe, por favor!!! .e fui a drmir con ese saboren la garganta, que me hizo, de alguna forma sentirme cerca de mi Cordoba querida.




Proxima estacion, Potosi? no se, lo veran en el proximo informe. Les pido un favor, cuiden nuestro paisito, que a pesar de los hijos de puta que le han hecho mal, sigue abundando, no solo en lugares preciosos, sino tambien en gente hermosa, y por eso, o solo por eso, sigue existiendo. me voy a dar una vuelta por latinoamerica, a ver lugares como el mio, unicos, sin negarles que lo extarño, que anhelo las sierras y el rio, pero que vuelvo, en algun momento vuelvo. Desde Tupiza, en la hermana Bolivia, este ciclocolifato se despide, sabiendolos lejos, pero sintiendolos cerca. Hsata las proximas letras.


santi de la luna