martes, 16 de noviembre de 2010

Señal 6: ¡Me voy corriendo a ver que escribe en mi pared la tribu de mi calle!

Hola a todos. Ha pasado un tiempo y mientras las agujas giraban la vida nos sigue regalando cosas, pero ya que ustedes no están por acá para compartir unos mates y convidarles un par de historias, les vamos a dar esta especie de resumen desde el 3 de octubre hasta mas o menos el 10 de noviembre. (Exceptuando lo de las escuelitas, ya que de eso se encargó Fran en el informe anterior).

Ya hace días que no escribo, no se que es lo que tiene Tilcara, pero ese algo te atrapa. Llegamos acá el 3 de oct. por la mañana; después de una agonía de 2 horas, desde Quisquiri hasta Humahuaca, agonía que al parecer solo sentía yo, ya que a Fran lo veía como un punto verde (debido a las alforjas) como a unos 600 mts. Jeje. Lo primero que encontramos al ingresar al pueblo fueron dos ciclonautas Irlandeses, más cargados, pero contentos al igual que nosotros de encontrar otros ciclocolifatos por estas alturas. Eran Martín Ogorman y su compañera Nessa Mceuliffe. Venían bajando de México, hacia 8 meses que estaban en la ruta, intercambiamos datos, nos sacamos unas fotos, y a seguir!

Nos fuimos a ver unos amigos de Fran que tienen un local (Rupestre Aventuras Belgrano esq. Padilla, trekking, sandboard, bicicletas, cabalgatas, 4 x 4 y otros) Ahí nos encontramos con Spok. Nos dejó parar en un hospedaje que están armando a cambio de pintar y arreglar un poco (quizás la semana que viene empezamos otro mural ahí). Allí estaba Pipo, cordobés de buena sepa, personajesononon!! Con el cual Fran ya había pasado un par de días en Tilcara. Pipo junto con otros amigos, quizás sin saberlo, en un par de noches nos dieron la bienvenida. Algunas de las personas en esas noches eran: Nelson Molina (pipo) Ivana Analía Iglesias (que tiene un local llamado Muna de ropa y accesorios de muy buen gusto, y nos dejó poner las fotos de Fran y mis accesorios de cerámica a la venta con un porcentaje que van para unas escuelitas de la zona), Adrián García del Río, Facundo Rua, Cristina Martínez Tomba, Natalia Ortiz (la polaca) y Oscar Branchesi.


Un día Fran salió a buscar lugar para que se alojaran los padres que venían a darnos una mano con las donaciones. Pipo le dijo de un hostel llamado Los Molles. Al llegar se encontró con Lucas Robles, un conocido del viaje anterior que trabajaba ahí, le presento a Diego Echandi (uno de los dueños). Fran le contó de nuestro viaje y lo que hacíamos. Cuando volvió, aparte de conseguir lugar para los padres (y mi vieja que cayó de sorpresa y la Pepa otra cómplice personaje de esta historia) me dijo que teníamos que ir a hablar con el dueño porque quería hacer un mural, una alegría mutua nos invadió, quizás de intuir lo que estaba por venir o de que empezaba a pasar lo que veníamos a buscar. No me acuerdo bien, pero creo que al otro día fuimos a hablar. Conocí a Diego, a Lucas Robles y a Lucas Muñoz. Hablamos con Diego y arreglamos: que nos daba techo y comida a cambio de pintar el mural y hacer refacciones, pero como Fran y yo somos medios inquietos no quedó solo ahí.

Desde la llegada a Los Molles, el arribo de la flia. (Junto con mi vieja, los pa de Fran también son mi familia) la Pepa, Marie del Río y Marina Sánchez Rial (cómplices) las donaciones, e incluso hasta el día de hoy, todo ha sido mágico.

El hostel Los Molles es un lugar hermoso y tranquilo. Una casona vieja de más de 100 años donde llegan viajeros (más que nada por el boca en boca); se enamoran de la vista y de poder sentirse como en una casa. En el patio lleno de molles, los pájaros te despiertan por las mañanas, colibríes arco iris revolotean sobre las flores de los aloe vera, y los cerros se dejan ver en los atardeceres, desde la loma donde esta ubicada la casa.

Gracias a la confianza de Diego y de su interés por lo que hacíamos, nuestra estadía acá ha sido más que cómoda. Hacemos de todo y con placer. Desde arreglar paredes, pintar, atender a los viajeros, hacer los desayunos, hasta organizar asados, música en vivo, hamburguesas caseras, pizzas, etc.

Mientras han pasado los días, viajeros de todos los puntos del globo terráqueo, han pasado por aquí. Como buenos argentinos y cordobeses sobre todas las cosas, les hemos enseñado nuestras costumbres, nuestras comidas, bebidas, nuestras tristezas y alegrías. Ellos han hecho lo mismo. Tenemos recetas francesas y belgas. Música de toda Europa dando vueltas en la cabeza, dichos en italiano y algo de portugués. Desayunamos con españoles y suizos, almorzamos con frases en inglés, tomamos mate con británicos y alemanes, cenamos con sabores suecos o noruegos, anda a saber!



Algunas personas con las que hemos compartido mas que unas palabras son: Nuria Silvestre (España, catalana a morir), Patricia Dalton, Julio Cáceres, Ramiro González, Rodrigo Ermidas, Romina Bertolini, Francisco Terrer, Lily Ruiz y Alfredo Cerro, Graciela Perino, Pablo Clara (todos de Bs As), Anna Szello y Nicolás Henzi (Suiza), Clayton Dawn (Canadá), Anne Claessens y Jeroen Snedts (Bélgica), Julie Bouchereau y Mathilde Cadion (Francia), Samantha Clark (Inglaterra), Liza Puslia (USA), Yaoh Hiang (Taiwán), Axel Anlauf(Alemania), Monegier Deverin y Gauthuer Ophelie (Francia), Marc Lopez y Tamara Almodovar (España), Matteo Montanari y Andrea Naldoni (Italia), Isabelle Vaucher (Brasil) y su compañero Gino(Italia), Linnea y Matilda (Suecia). No saben lo que tardé en escribir todos estos nombres, nunca se van a llamar Carlitos o Florencia no se che!!!!

Una noche organizamos un asado como para 18 personas. Mientras Fran hacía sonar la parrilla, me encontré hablando (si se puede decir hablando, porque el no hablaba nada de castellano y my inglish teyible ja) con un chico de Estados Unidos. El resumen de la charla fue que este lugar era hermoso, pero ni más ni menos que los miles de lugares maravillosos que tiene este, nuestro precioso mundo. Una melodía de Luis Armstrong parecía repicar en las estrellas esa noche. En la tierra habría muchos menos problemas, si por más que no habláramos el mismo idioma, cada cual se preocupara por entender al otro. Hay lenguas que son universales, como la risa y el amor, seria cuestión de empezar a practicarlas más.


Cuando comenzamos con la pared del mural, teníamos que arreglarla primero. Rompimos varios metros de pared, revoque grueso con adobe y fino con cemento (como lo hacen acá) luego enduido, lijar, pintar 3 manos de látex blanco y, recién el mural en un periodo de dos semanas (porque no solo arreglamos esa pared). Sobre el borde de arriba de la pared, hay un caño, que fue el que dio la idea para lo que seria después, el dibujo final. Una mañana mientras yo copiaba la pared en una hoja par hacer el boceto, Fran miró el caño y nos preguntó a mi y otros que estaban ahí si veíamos lo mismo que el, contestamos al unísono: “Un periscopio”. Luego llegó Diego, que lo único que nos había dicho era: “trabajen libre, lo único que les pido es que tenga que ver con el lugar”; imagínense las risas cuando le dijimos que íbamos a hacer un submarino jeje. Con Fran sabíamos que íbamos éramos capaces de muchas cosas, pero nunca imaginamos que íbamos a meter un submarino en Tilcara. Quedó joia!!!!

Bueno, como verán hemos estado ocupados trabajando, y estamos haciendo lo que nos propusimos hace ya más de un año; con una idea que traspasa a todas las otras, la de vivir esta vida. Pensamos más que nunca que la historia puede cambiar, y como dice el comienzo de una canción de Ben Harper: “con mis dos manos puedo cambiar este mundo”.
Cuando terminen de leer esto o en cuanto puedan podrían escuchar “Wonderful World”, de Luis Armstrong, tal vez de esa forma no estén tan lejos y puedan entendernos un poco más. A ustedes, nuestros cómplices, que les parece?

Donde quiera que estén, acá transmite Latinoamérica en dos ruedas, desde la tierra del sol y los colores, estos ciclocolifatos se despiden sabiendo que desde acá es más posible tocar el cielo con las manos..


Santi de la luna