sábado, 22 de octubre de 2011

Hablando De La Libertad.......


“todo lo que vivamente imaginamos, ardientemente deseamos y entusiastamente emprendemos, inevitablemente sucederá”
Es raro caminar por donde camino, es raro saludar a la gente, es raro volver a una casa, es raro jugar a las bolitas con mi sobrino, es raro oler, comer y mirar, es raro quedarme hasta tarde charlando con un amigo como si nada hubiera pasado, y mas raro me parece aun, cuando voy en la flaiera (mi bici playera) y siento que nunca me fui, que solo fue un sueño, pero ese sueño, me marco las manos, el pelo, las ideas y la vida. Sin temor a equivocarme, fue uno de los mejores sueños de mi vida, porque dejo de ser sueño para pasar al plano de la realidad, se fundió con el aire y me hizo respirar…
Salí de Cuenca como a las 11:00 hs, luego de toma unos mates con Jose y agradecerle, ya que con todos los demás me había despedido en los días anteriores (incluso de Gonzalo y su familia, que fueron los primeros que me dieron casa en esa ciudad)
Encare para el cerro Cajas, que a la vez es un parque nacional, lleno de lagunas de agua dulce (mas de 100). El cerro se presentaba verde en miles de tonos diferentes, pero muy verde. Cuando comenzaba la tarde empezó a llover, me refugie en la única casita que vi a un costado. Allí una señora y su nieta me convidaron de su fuego y su techo, mientras la pequeña Jessica de 8 años, me decía: no tenga miedo, no somos gente mala, si se quiere quedar se queda, no le vamos a hacer mal.
Seguí hasta que empezó a atardecer, dándome cuanta que no podía hacer fuego, ya que estaba todo re mojado y que me tenia que conformar con unos tomates y unas zanahorias, pero antes hice un dedo por si las moscas. La magia se hizo presente, de tres camiones que pasaron, el ultimo freno, con Cristian López , Maribel Orellana y su hijo, ahí nomas me dieron un yogurt con cereales y me llevaron hasta su casa, en el km 26 (Virgen de Fátima) previo frenar en un lugar de noche a cenar je. En la familia eran todos mormones, asique entre bendiciones me dieron una pieza, en una de las noches mas calurosas de mi existencia (nada comparado con las que vinieron después)
Me levante temprano, ahí nomas me puse a pintar un cartel, desayuno merienda y cena, un cambio totalmente justo por lo que me brindaron, luego un desayunaso, tamal de plátano verde con pescado y arroz, y un café con leche. Luego de varias insistencias para que me quede, y de pensarlo también, decidí seguir, a donde? A Montañita, según los viajeros, uno de los paraísos de Ecuador. La humedad me hizo llegar flotando hasta Guayaquil, pasarla por el costado y seguir rumbo a la famosa ruta del sol. El sol era insoportable, pero llego el atardecer y el aire fresco me llevo a pedalear en total 88 km, me regalo uno de los mejores atardeceres de este viaje y me deposito en una estación de servicio. De noche y sin poder seguir, convencí a los playeros que me dejaran tira debajo de unas palmeras y plantas que había en la estación.
Antes de partir temprano al otro día, tuve que parchar a la velosirraptor. Luego pedalee hasta el mediodía y llegue a un pueblo llamado el progreso, el calor solo me hizo comer algo y seguir para buscar un lugar para echarme una siesta. El mejor lugar que encontré fue un caño de esos gigantes de desagüe, que pasan por debajo de la ruta, con unos murciélagos de compañeros, afortunadamente el aire fresco que corría por dentro me desmayo hasta las 16:00 hs. Luego la tarde llego, pero buscando un lugar para dormir, llego también la noche, me confié, y sin ver por donde andaba y a donde podía armar la carpa, continúe por la noche cerrada, alumbrado por los coches y la fuerza de sobrevivir, pedalee totalmente exhausto, y al fin llegue a unos caseríos, donde Ángel  me dejo dormir bajo un techo y a salvo.
Llegue a la ruta del sol como a las 10 de la mañana, comí un encebollado de desayuno (como una sopa de pescado riquísima) en un poblado frente al mar, llamado San Pablo. La ruta del sol es hermosa, pueblos pesqueros, con gente dorada por el sol y adormecidos al lado del gigante azul, en sus hamacas de red negra. Seguí por esa ruta, pase Monte Verde, Valdivia y otros pueblitos, la ruta cambio de nombre a: ruta del Spondilus. Bordeaba riscos de arena y me acompañaban cientos de pelicanos. Así llegue a Manglar Alto, pase el pueblo, creyendo que iba llegar a Montañitas al otro día, pero la sorpresa de un cartel me dijo, llegaste! Montañitas es re turístico, lleno de bares y restoranes muy lindos. Una muralla de piedras reciben al mar todas las mañanas y los surfistas plagan la playa desde el amanecer. Si queres fiesta, no te preocupes en buscarla, sola llegara, estés donde estés. A ese lugar llegan miles de personas de todo el mundo, porque ese lugar es uno de los tantos paraísos de ese hermoso país.
Ahora les voy a contar lo que me pasaba en la cabeza en ese momento: estaba otra vez en un lugar hermoso, después de tanto esfuerzo, llegue. Otra vez en un lugar único, y otra vez esa sensación que se hizo cada vez mas fuerte hasta ese día. No tenia con quien festejar esa llegada, alguien que entendiera como yo, que paso para llegar hasta ahí, nadie con quien abrazarme e ir gritando hasta el mar, como si el mar fuera un tesoro liquido. Las personas que me conocen, o los que han leído esta historia, saben que soy una persona con una energía y una luz buena, que rio y contagio, pero estaba apagado, estaba triste frente al mar. Trate en tres días, ver si no era algo del momento o las circunstancias, pero no, la sensación se hizo más fuerte. Decidí irme para Quito, pero la realidad es que esa capital quedaba como a 600 km o mas y había que subir a la cordillera otra vez, sin plata casi y de bajón, solo pensé: me voy a Quito, no tengo menos plata, de lo que tuve en algún momento y no esta mas lejos que mi pueblo, chau!
Salí de montañitas el jueves 22, con llovizna, pinche bajo esa llovizna en una subida grande, en medio de una jungla y con la civilización a varios km. Llegue a Puerto López, hermoso pueblo de pescadores, comí algo como a las 16 hs y seguí por la ruta del Spondilus pero se empezó a desertificar esa parte y los cambios livianos no me andaban. De un dedo llegue a Puerto cayo como a 20 km de donde estaba o menos. Ahí pregunte en el cuartel de bomberos por un lugar, José Luis Spinel Sedeño me dio una casa, un buen baño y comida. El recibía a viajeros siempre, porque decía que eran peregrinos y que así el aprendía mucho (mientras subís, la gente respeta mas a los que viajan de formas no convencionales, dicen que sos un guerrero, porque saben que para llegar hasta ahí, tuviste que pasar de todo)
Seguí bordeando el pacifico con la ruta desolada y abandonada, me dijeron que tuviera cuidado mas adelante, la delincuencia estaba brava por esos lados! Como a los 20 km me levanto Gonzalo Cadena y me llevo hasta cerca de Mantas y me explico unas utas para subir corto hasta Quito ( así y todo me faltaban mas de 300 km)
A las 16 horas me mande por un atajo lleno de palos borrachos, sol y desolado, tenia que hacer unos 20 km y salir a la ruta que va para la capital. Casi todo en subida, con la bici más pesada, se me terminó de dañar los cambios. De un dedo llegue hasta Piedra Fuerte, una familia me dejo armar la carpa, mientras me convidaba una buena sopa y yo trataba de arreglar la velosirraptor. Trataba de poner lo mejor, pero estaba con la cabeza en cualquier lugar.
Con el día nublado, por suerte, comencé a pedalear. Los primeros km el arreglo anduvo, pero cuando las subidas se hicieron teribles, se volvió a joder. Dedo hasta Chone, ahí los chicos de una bicicleteria, me arreglaron los cambios y le hicieron unos toques mas, todo x un dólar. El sol salió y continúe varios kilómetros con el de testigo, todo se me hacia muy pesado, hacia varios días que no dormía bien, no solo por el clima o los mosquitos, sino por las continuas pesadillas y la aparición en ellas, de familia y amigos.
Seguí subiendo con un paisaje increíble, pero no podía disfrutar nada, quería llegar a Quito, a que? Empecé a resolver que estaba muy triste y era porque no podía compartir todo lo bueno de este viaje con alguien, al fin y al cabo esta historia era para estar bien y nunca, todo lo contrario. Si yo pregonaba ser feliz y no lo estaba siendo, había que cambiarlo. Llegue a un pueblo llamado Flavio Alfaro, ahí me dejaron parar, en un polideportivo o algo así, y luego me dieron una pieza para pasar la noche.
 Al día siguiente arranque bien temprano. Con una humedad increíble, seguí trepando, pero el mal humor que tenía y las pocas ganas, hacían que todo pesara más. Pedalee unos kilómetros, tenia que llegar hasta Dolores, de ahí a Santo Domingo y de esa ciudad hasta Quito, eran solo 260 km mas o menos, en subida, casi nada jaja. Le hice dedo a una camioneta gigante nueva, pero siguió, pero para mi sorpresa a los pocos minutos volvió la camioneta, me subieron y me dijeron que iban a Dolores, joya! Mágicamente, no solo pasaron esa ciudad, pasaron la que seguía y llegaron hasta Quito! En el camino les habían avisado que tenían que ir a la capital a hacer unos trámites, la magia del viaje hacia lo suyo y yo sonreía, bajando a la velosirraptor en la gigante ciudad en medio de cerros preciosos. En esa ciudad me aloje en un hostel lleno de malabaristas, mochileros y artesanos, en su mayoría de Colombia, Argentina y Ecuador. Me comunique con mis amigos y familia, hablando con ellos y con lo que había pensado, decidí volverme. Podría haberme vuelto en la bicicleta, pero para volver así, era mejor seguir no? La propuesta era en avión, porque volver era ya. En esos días en el hostel todos los viajeros, me ayudaron, y me hicieron compañía, entre ellos estaba Stu, uno de los tantos amigos de este viaje, en la puerta de la pieza donde paraba había un escrito, que me indicaba que mi decisión era la correcta.
Todo se resolvió rápido, pero para mi los días fueron eternos, estaba decidiendo volverme, terminar con este viaje, me volvía en avión, y sentía a veces, que me estaba contradiciendo al hacerlo por ese medio, pero no me iba a contradecir en lo que profesaba, ser feliz. Pedalee 3316 km, recorrí 6372 km. Había visto lugares increíbles, roce el cielo con los dedos, vi como el sol prende fuego el mar, cambie de rostros, de comidas y de palabras mientras las ruedas giraban, subí en camiones, camionetas, dormí bajo la luna con frio, con calor, dormí en la cama de un hostel y me llene de amigos, dormí en miles de casitas anda saber donde y me llene de historias, y fui feliz hasta que deje de serlo, porque? Porque la libertad y la felicidad son cosas para compartir, son para celebrar, para abrazarse con alguien y decir, lo hicimos! Yo lo hice solo desde Tilcara hasta Quito y no me arrepiento de nada, quizás tuvo que pasar todo eso, para afirmar eso que acabo de escribir. No llegue a México, pero si veo la meta solamente, no vería todo lo que paso y que realmente fue buenísimo, no llegue, pero lo que crecí y aprendí es real, a veces no vemos lo que el camino nos da, nos segamos por llegar y no aprendemos, pero yo no lo veo así. Libertad es no ser esclavo, y eso también significa no ser esclavo ni a tus propias ideas, ya demasiado con las cadenas del tiempo y de la sociedad, aparte ser esclavo de tus proyectos? No, eso no es libertad. Quise darles otro punto de vista de la vida y el mundo, espero haberlo logrado. Ahora es cosa de ustedes que esto no quede solo acá, sean libres y felices, y compártanlo. Cambien ustedes, para cambiar el mundo. No hay soluciones en los otros, ni en nada, ustedes son la solución.
Podría estar días escribiendo de cosas que he aprendido, de lo que vi y sentí, pero en realidad lo único que se, es que todavía me falta mucho por aprender, por ver y por sentir y lo mejor es que me queda un buen trecho de vida para hacerlo.
Ahora me voy a jugar a las bolitas con mi sobrino, a la tarde me encontrare con mis amigos, el domingo quizás tome los mates de almíbar de mi viejo, o me reiré con mi vieja de las ocurrencias de mi hermana, y todo esto pasara con la sierras de testigo, seré feliz porque las cosas simples de la vida no me dejan de asombrar y seguiré contando historias, las de siempre con un par mas, porque una vez me fui con un amigo en bici y bla bla bla…
Es raro ahora escribir esto, pero esto fue Latinoamérica en dos ruedas, desde Cosquín, en las sierras de Córdoba, acá transmite…
                                                                                     santi de la luna

3 comentarios:

  1. y aquí estamos para recibirte con los brazos extendidos, cobijándote por la falta de companía y el amor que nos has transmitido, con el orgullo de ser una mínima parte de la historia de tu vida, ahora y más que siempre mi alumno y amigo. besos a la enésima querido Santi de la luna. cris

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  2. Loco Santi, GRACIAS, GRACIAS, y mil GRACIAS. Te vi una sola vez en la Shell de Deán Funes, recien comenzaba tu sueño y yo me subia en él. Inserto en el sistema sin poder salir por circunstancias de la vida aproveche tu viaje como si fuera el mio y en el fui libre solo con leer tus andanzas. Cuando lei que te volviste tuve dos sensaciones diferentes primero mal porque esto se termino y despues feliz por todo lo que me hiciste ver. Espero que estes feliz en nuestras sierras y algun dia nos volveremos a ver. SALUDOS el Negro Mercado de la Shell.

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  3. hola loco, lei tu blog casi desde el principio y hacia un tiemp q no pasaba por aca y cuando empece a releerlo y te lei por ecuador, por cuenca, por el cajas!!!!! ( yo anduve por ahi, yo por ahi fui feliz ) que alegria pusiste en mi, que de alegrias despertaste en mi a traves de tu viaje, y segui leyendo y lei que te volvias y en avion¡¡¡¡ que bajon¡¡¡¡¡ era como si me sintiera traicionado pero despues segui leyendo tus razones, y me acorde que en el 2007 yo iba hacia venezuela en bici y en bus y en lo que fuera, mas o menos como vos y tambien me volvi desde el sur de colombia, dejando trunca la meta original y me pense en esas y te pense a vos en las tuyas y cai en la cuenta que esta bien lo que hiciste, asi que bien, tu viaje fue muy bhueno, cuando sentiste que el corazon te decia " hasta aca llegamos por ahora, volvamos ya " le hiciste caso, asi que fue lo correcto lo tuyo, entonces del sentimiento de traicion pase a la comprension, en fin, te mando un abrazo, y seguramente pronto volveras a las rutas, cuando se le toma el gustito a la carretera cualquier estadia es transitoria. un abrazo

    el lucas

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