domingo, 4 de septiembre de 2011

Los ojos no quieren dormir...


El 25 de abril del 2003, nació cuki (Matías Quaglia) mi sobrino, en momentos donde las cosas estaban difíciles en mi familia, trayendo luz y felicidad, uniéndonos a mi hermana y a mí, y tranquilizando al resto. Así como el llego a nuestras vidas, mi querida abuela (Angelita Bustos, la mejor maestra de cocina que tuve) se fue. Paso el tiempo, y el cuki crecía, una noche me dijo mi hermana que lo llevara a acostarse, porque no quería y a mí, me iba a hacer caso. Lo cargue en brazos, lo acosté en su cama,  con su voz suavecita y tranquila me dijo: “todo bien tío, yo me acuesto, pero los ojos no quieren dormir…”
Este informe está dedicado a mi sobrino, y a las abuelas, que muchas veces han ayudado a nuestra crianza, y por suerte, a nuestra mal crianza je.
Como les dije en el informe anterior, estas segunda parte de las costas del Perú, traen otro aire. La delincuencia me persigue un poco, pero no me dejo atrapar. Seguía sin dinero, pero tenía mi pasaporte. Con esfuerzo y perseverancia, compre un pasaje imaginario al Ecuador, el precio fue: nunca dejar de soñar…
Salí de Chiclayo, luego de despedir a David. Medio perseguido en la ruta debido a todo lo sucedido, y a los comentarios (fundamentados por la realidad) de lo que faltaba de las costas Peruanas. Cuando atardecía andaba por una parte desierta, antes de Piura, como a 70 km de Chiclayo, no tenía para hacer fuego, ni mucho para cocinar, asique decidí hacer dedo mientras andaba. Al toque me levantaron Hugo Lobo Román y Cesar Urbiola, que vivían en Lima. Me llevaron hasta el peaje de Piura, donde cene con ellos, debido a su amable invitación y a la intención de ayudarme más de alguna forma. Como no tenía mucho dinero, decidí quedarme en el peaje, donde hable con la dueña del comedor donde cenamos, y me dejo dormir ahí esa noche.
Al otro día me despedí de Elena, le agradecí ya que ese peaje, de noche, está lleno de historias nefastas. Pase por Piura a comprar provisiones y más adelante, me dispuse a tomar unos mates con la yerba que me había regalado David. Ustedes no saben hacia cuanto quería tomar unos mates de vuelta en la ruta, y lo que putee al no poder hacerlo, debido a que se me había roto, la última bombilla que me quedaba je.
Por la tarde, luego que paso el sol, pase por Sullana. El paisaje empezaba a cambiar un poco. Cruzando el rio Chira, las plantaciones de plátano y los piletones de arroz, tornaban el paisaje, agradable y húmedo. Estaba a la salida  de un pueblo llamado Mayaditos, cuando un fuerte viento en contra no me dejo seguir avanzando. Volví hacia el pueblo y luego de preguntar en una estación de servicio, me pegue un buen baño y me dejaron dormir en el techo de la misma.
Arranque 7:30, con el día nublado. Como a 23 km, solo las plantaciones de cañas bordeaban la ruta. Me frene en una parada de colectivo a descansar y a leer un rato. En eso varias personas de la casa del frente salieron a saludarme y convidarme fruta. Al rato me levante, sin ganas de pedalear, hice 100 metros e hice dedo. La primer camioneta que paso a mi lado, se cruzó delante mío y me cargo. Era Santiago Solari, que vivía como a unos 100 km en “los órganos” , en el pueblo de Vichayito. Entre risas me conto de sus viajes por el mundo, donde estudio en algún momento para ser Chef. Me dijo que si no tenía nada que hacer, me invitaba a almorzar. También me dijo que tenía un barcito y algo más, frente al mar…ese algo más, al cual llegamos como a la hora. Se trataba de su casa, un completo vivero (Palo Santo) un barcito resto (Ñaylamp)  y un par de cabañas bien equipadas, todo en un conjunto natural, rustico, guiado por la simpleza y el buen gusto, frente al mar.
Lo primero que dijo Santiago, luego de  descargar la velosirraptor, fue: vamos a pegarnos un chapuzón? Junto con Julián de Boston, un conocido de el. Las costas preciosas de esas partes, son de arena blanca y bien fina, de agua turquesa y cálida, donde el anfitrión me decía: cada vez que conozco a alguien, lo traigo para acá para que conozca donde vivo, y porque lo elegí. Primero fui cauto y de a poco ingrese al agua, porque como soy de las sierras, los ríos son mi fuerte, pero el agua me encanta, asique al  rato ya andaba trepando olas, que por cierto en esos lugares empiezan a crecer.
A la vuelta almorzamos con varios de sus empleados (ya que el lugar es grande y con mil cosas por hacer) por supuesto un  buen pescado apanado (algo así como la milanesa) con arroz y menestra (es como un guiso bien liquido de frijoles colorados). A la tarde, el lugar y la predisposición del dueño, me llevaron a relajarme y por supuesto, olvidarme de los apuros de cruzar a frontera. Ya no podía salir, se me había hecho tarde. Santiago nos ofreció a Julián y a mí, una de sus cabañas.
En el bar, se habían hecho para la noche reservas, de dos mesas, una con dos personas y la otra con dieciséis, asique después que cayó el sol, andábamos con Julián de meseros y bacheros. No solo dimos una mano, sino que aprovechamos para probar mariscos, camarones, diferentes pescados, todo muy ricoooo!!
Solo una nota, entristeció la melodía de ese lugar. Cuando avisaba por internet donde andaba, uno de mis mejores amigos, el gordo (Rodrigo Lema Mundini) me avisaba que había fallecido: la Lita, su querida abuela, que junto con la del flaco (Darío Molina) eran mis nonas adoptivas. Paralelamente y comprendiendo la compensación, de tan tremenda perdida, Fran (Francisco Heredia) me avisaba que junto con su novia (Marie del Rio) emprendían ese hermoso camino de ser papas. El ciclo de la vida trae una lágrima, y lo equilibra al segundo, con una sonrisa. Desde allá, la Lita, la Abu del flaco y mi abuela, nos guían como estrellas, como varias veces lo hicieron aca, mientras otro niño llega al mundo, y con él, la esperanza, de que todo puede cambiar.
Arranque tarde al otro dia luego de agradecer a Santiago, por dejarme en la ruta y por su simpleza y su hospitalidad. El sol quemaba entre subidas y bajadas. Cuando llegaba la tarde, había pasado Cancas y llegue a puntas sal, ahí unos locos, me dejaron dormir en un parador de playa que ellos cuidaban, medio dejado pero hermoso lugar, lleno de objetos antiguos y desechos naturales del mar.
A las 5:30 estaba desayunando y al toque saliendo, para que el sol no me agarrara. A la noche frene a descansar, mientras terminaba de leer el Quijote. Luego a la hora andaba por zorritos, comprando algo para el almuerzo, que realice minutos después, con platanos al rescoldo y sándwich de queso.
Esa noche dormí en una casa que un cuidador me dejo, en frente del mar, previo pegarme un baño entre olas y meditar en la playa junto a los cangrejos del lugar.
Temprano me dirijo hacia Tumbes, que como toda ciudad fronteriza, es recomendable cruzar temprano je. Como a las 9 estaba desayunando a la entrada de la ciudad, con el poco dinero que me quedaba.
Pase gigante piletones de arroz y varias plantaciones grandes de bananos, llegando como cerca de las 11 a la frontera. Luego de hacer los papeles correspondientes, lo había hecho!! una risa, mi propia risa era lo único que escuchaba cruzando un puente y entrando al Ecuador, solo me quedaban 10 dólares y un par de soles en moneda, tenía más de lo que tuve en otros momentos y otro país, otra energía, me daban la bienvenida.
Tengo exactamente 2884 km pedaleados, sumando todos los dedos, me dan un total de 5331 km y me depositan en Cuenca, ciudad desde la que escribo esto. Que paso entre la frontera y esta ciudad? Será para el próximo informe.
El mundo me está mostrando sus maravillas, mientras algunos sierran sus ojos y su alma; mis ojos no quieren dormir; otros no en a su alrededor, ni hacen nada para cambiar el aire que los rodea; mis ojos no quieren dormir; aquellos que tiene el poder, lo mal utilizan, envenenan la tierra, pero se enfrentan a los que no queremos una eterna siesta; mis ojos no quieren dormir; lo que no enseñan en las escuelas y en las facultades, la vida te lo muestra, gracias Angelita por enseñarme y cuki por mostrarme, mis ojos no quieren dormir, mis ojos no quieren dormir, mis ojos no quieren dormir…
                 Santi de la luna

1 comentario:

  1. Es increible el lugar en donde estas, miro el cartel de bienvenido a Ecuador y no puedo creer todo lo que hiciste. Te mando un abrazo grande hermano y sigalé aumentando experiencias a ese odómetro. Dani

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