martes, 12 de julio de 2011

Olor a leyenda va a tener!...

Que es un viaje? Salir desde un lugar a otro? Recorrer sitios? Conocer diferentes cosas? O desprenderse de la realidad de cada día, meterse en otras, mezclarse y ver, desde otras esquinas? Quizás, en parte, sea esto, pero la verdad es, que es mucho mas. Cuando se propone un viaje, sin límite de tiempo, como el de Guille y Diana, el mío y el de mil mas. No solo vas pasando por lugares, también te vas quedando. El hecho de hacerlo, es determinado por varias cosas: un lugar lindo, hacer trámites de papeles o algo de plata (en las ciudades) sitios aledaños para conocer, problemas para seguir, etc. Como sea te quedas, te instalas y por un tiempo, sos parte de otra realidad…

Como les dije, en el informe anterior, para hacer algo de dinero en Cuzco, recurrimos a la venta de tortas fritas. Generalmente hacíamos tandas, de casi 90 por día y en algunos casos, doble turno, de casi 150. Nos dividíamos en 3 partes iguales y salíamos a recorrer la ciudad imperial. Los chicos, andaban más que nada, por el centro y av. Del sol (una de las arterias principales) mientras que yo, recorría los alrededores, metiéndome por callejones y buscando cada tanto, una ruta diferente. La gente en general era amable, y compraba “para colaborar” como decían ellos o por gusto, y en algunos casos, te daban la plata, pero no querían la comida, solo para ayudarte. Esto nos hizo seguir e ir acumulando, cierta clientela, como también nos hizo, andar esquivando municipales. Al final de cuantas, vendimos mas de mil tortas fritas, pagamos el alquiler de un mes, 3 entradas al Machu Pichu, y los víveres durante esos días de trabajo.


En la cocina, con Diana, pintamos un mueble y ella aparte, una mesita, dándole más color y vida. Este sitio de reunión, llevo a organizar diferentes comilonas con los demás chicos (Bruno, Clara y Thomas) por ejemplo: noche de panqueques, dulces y salados, con pururú y juegos. Mediodía de ñoquis (de papa unos, y otros de camote) con salsa blanca y roja. Tarde de tortas fritas (cumple de Diana) que se extendió hasta la noche (despedida de Thomas) con pasta de paltas condimentada, ensalada surtida, jamón, pururú dulce y salado, camote frito, cerveza, vino, etc.

En el hospedaje Korilazo (Ataúd 228) Ruth con su familia, nos dejaban transitar tranquilos y nos ayudaban cada vez que podían. Un mediodía nos invitaron papa “watia” con salsa “huancaína” (se improvisa un horno en la tierra, con piedras y terrones de tierra. Se alimenta con leña por una hora, luego se retira el fuego y se agregan las papas. Luego se derriba la improvisada construcción sobre las papas. Después de una hora y pico, se retiran, se pelan, y se sirven con una salsa a base de: ají amarillo, leche y huevo) delicioso!!!

Cuzco, aparte de ser una ciudad antigua, y plagada de restos arquitectónicos Incas (sobre las cuales se emplazan, las construcciones actuales) a sus alrededores, cuenta con varias ruinas, para ir a visitar. Una tarde con Guille y Diana, nos fuimos al templo de la luna y el sol, a unos 2 o 3 km hacia arriba de donde vivíamos. No solo por azar elegimos esas ruinas, solo por un factor económico, no había que pagar! Llegamos y el acceso a las cuevas estaba obstaculizado y con un cuidador, Alain. Nos pusimos a conversar con él, luego de darnos explicaciones y d contarnos un poco de historia, nos llevo dentro de las cuevas. La primera, la de la luna: donde se sacrificaban llamas sobre un altar de piedra (para la fertilidad de las mujeres) donde en noche de luna llena, los haces de luz, entran por un orificio, que está encima del altar, e ilumina toda la habitación. La sangre de los animales sacrificado, corría por una canaletita en la tierra, hacia un hueco, desde donde misteriosamente, salía una corriente de aire tibia. Luego nos mostro, la cueva del sol, donde realizaban los procesos de momificación, de sus habitantes más importantes.

Terminamos la tarde, con Alain, tomando mate y contándonos más historias, prometiéndonos una visita de noche a saqsayguaman (sitio donde se hace el Inti Raimi, y la entrada sale 70 soles) cosa que no hicimos con él, pero que al final hicimos con un chico que encontramos en la puerta, bajo la luz de la luna y protegidos, más o menos 1 hora y media, por el velo de la noche, hasta ser descubiertos por el guardia.

Ya teníamos la plata para el Machu. Los chicos iban en colectivo por una de las rutas y yo tenía la plata, y alguna vaga idea de cómo llegar hasta Aguas Calientes (pueblo del Machu Pichu). Salí el 19 de junio, rumbo a Ollantaytambo, como a unos 90 km de Cuzco. Primero las subidas, bordeadas por Tabaquillos (en Córdoba, se encuentra este árbol, en la zona de los gigantes) rocas inmensas parecían venirse sobre mí. Pase por varias ruinas en el camino (Puca Pucara, rayaniyo, etc.) luego descendí a un valle, la vista se me llenaba, el rio me hacia seguirlo, entre en el sagrado valle de los incas, comprendí la elección y decidí, disfrutarlo. Luego de una siesta, a unos km de Pisaq y otros pueblitos, me desperté creyendo, que llegaba a Ollantaytambo, a la tarde noche, en solo unos km mi cuerpo, pidió receso. Estaba descompuesto y sin fuerzas, me recosté en los rebordes, de un pequeño puente, pensando que se pasaba. Al ver lo contrario, solo quedaba acampar por ahí. Llegue con las últimas fuerzas, hasta una construcción abandonada, improvise una tienda con mi lona, y solo atine a tirarme a descansar. Me dormí con el canto del rio y viendo como las primeras lenguas de la noche, tocaban los cerros de enfrente.


Me levante mejor pero sin mucha fuerza, con algo de viento en contra llegue hasta ollantaytambo, como a las 15 hs. Luego de una rato en la plaza, conocí a René Tegellagmp (igual que yo en bicicleta, pero el de Alemania) en su ingles fuertemente pronunciado, y en el mío (ni casi básico) nos contábamos nuestras respectivas historias, mientras buscábamos un lugar, más que nada `para dejar las bicicletas, en un lugar seguro (para caminar al otro día, por las vías hasta Aguas Calientes) encontramos un lugar, aseguramos las bicis, descansamos y a las 6 de la mañana, arrancamos. Llegamos con una combi, hasta el km 82 de las vías. Supuestamente eran 6 horas de caminata hasta el km 106. Lo hicimos en unas 8 horas, como hacer, se puede hacer en 6, pero las ruinas en el camino y el paisaje, te pide, detenerte, recorrerlo con los ojos, dejando por unos minutos, de ver los rieles, las piedras, los trenes, y deslumbrarte con la naturaleza: las piedras moldeadas perfectamente por el rio, las cuales, suben en forma de barrancos, con miles de especies vegetales, cubriéndolos. Insectos y pájaros desconocidos, me mostraban su hogar, con René entendíamos ese idioma, entonces ya no importaba hablar.

Llegamos a Aguas Calientes en el km 110 (disertando, sobre la madre del que nos dijo que era en el 106 je) compramos provisiones, las entradas para las ruinas (126 soles) y dormimos en un camping, cerca del puente de ingreso. Arrancamos las 3 de la mañana, fuimos hasta el puente de 150 personas (debido a: se cumplían los 100 años del descubrimiento del Machu y al Wayna Pichu, solo entran las primeras 400 personas, por día) abrieron el paso, como a las 4 de la mañana. 1750 escalones esperaban ser pasados, con mochila y a esas alturas, las escaleras van dejando gente por los costados, mientras transcurren los minutos.

A las 5:30 se abrió el predio. Ingresamos a la ciudadela, así como el sol, mientras tanto, ingresaba a esta parte del mundo. Estábamos ahí, pero todavía no podíamos relajarnos, teníamos que llegar a la entrada del Wayna ( es el cerro que se ve en frente de las construcciones) llegamos y al rato ascendimos, un poco menos de escalones, pero casi verticales. Tardamos una media hora en subir, pero como todo esfuerzo, tiene su recompensa, y como toda cima, tiene su regocijo al llegar, no quedo otra que observar y admirar. Allá abajo la ciudadela y a su alrededor, solo una cosa, la inmensidad!


Transcurrida una hora, arriba, descendimos, recorrimos las ruinas, obnubilados por la perfección en las construcciones, los encastres perfectos entre los bloque gigantes de piedras, la fuerza y los restos de una civilización, que hasta el día de hoy, no para de asombrar al mundo que la visita.

Cerca del mediodía, y luego de ser corridos por los guardias (está prohibido comer en el predio!!) nos instalamos en la parte de atrás, sobre una de las terrazas, sándwich de palta y siestita!!

Les voy a decir la verdad, es un lugar (el Machu y el valle sagrado) para hacerlo en varios días, pero tranquilo, y que no disfrute del todo, debido al cansancio y la presión de hacerlo en poco tiempo. Igual lo que vi y sentí, ya no se borrara.

La vuelta en bici, con René, fue terrible. Los músculos estaban agotadísimos, ya tenía ganas de estar en Cuzco. En vez de volver por Pisaq, lo hicimos por Chincheros. Las subidas no se acababan, según el GPS, de René, faltaban solo 7 km, pero estaba mal o no sé, y en realidad, faltaban 33 y encima se hacía de noche. Sin desesperar, pero ya sin ganas de estar ahí, le dije a mi compañero de ruta: hacemos dedo un rato, sino acampamos y tomorrow salimos jajá. Afortunadamente, la única camioneta que paso, siguió de largo y luego volvió, y nos alcanzo.

Ya de vuelta en la ciudad, y luego de descansar, comentando con Guille, el deseo de volver a la ruta, se empezaba a sentir. Vendimos una tanda más de tortas fritas, para comprar unas provisiones y empezar la partida.

Antes de irte de un lugar, suelen suceder ciertas cosas, que uno desearían que pasen antes, pero son cosas del viaje, proposiciones del destino, que te preguntan si vas a seguir, o te vas a quedar, un poco más. Seguí, pero antes conocí dos excelentes seres humanos.

Una de las tantas veces que Salí a vender, pase por un cyber, en la calle hospital, le vendí al que atendía una torta frita y seguí. Tiempo después fui al cyber y olvide unas cosas. Al buscarlas conocí a Vladimico (Vladimiro Valer Delgado, Peruano) me reconoció, y me conto lo siguiente: …”al otro día que te compre, era el cumpleaños de mi madre, Eleonor (Eleonor Guillermina Weiss Solterbeck Argentina) la espere con su tortilla caliente y su mate, encantada se la comió y me pregunto, de donde la había sacado? Le conté de vos y quiere conocerte”… Muy contento le conteste que sí. Otro día nos encontramos y entre los 3 organizamos para un viernes, tarde de tortas fritas y mate. Cuando llego ese día, no solo hicimos lo planeado, sino que conocí, a una luchadora: Eleonor. Ella llego a Perú, desde Argentina, en un momento, donde la gente con sus mismas ideas no existían, habían desaparecido. Empezó a buscar, con las adversidades que eso representa; de otro país, mujer, blanca y de ojos claros (cosa que hasta el día de hoy le hacen sentir algunos, me dice ella tristemente y con lago de bronca) luego de buscar e investigar, termino dando con estas personas, se encontraban en el SEPA (una cárcel, en la selva, para cumplir cadena perpetua) de allí no se salía, su crimen, como el de muchos en Latinoamérica, había sido pensar. Se puso manos a la obra, con un abogado (el único que la apoyo) fueron sacándolos, y como dijo ella: “esa era mi tarea, tenía el compromiso de hacerlo”. Así se fue quedando, formo su familia, siguió trabajando en cosas relacionadas a los derechos humanos y la cultura (aparte es artista plástica) con el tiempo instalo Amnesty (derechos humanos legales) en Perú, y hasta el día de hoy, siendo una mujer de varia lunas, no se calla, es fuerte y tiene una alegría juvenil que inspira.

Comimos casi 1 kg de torta fritas, acompañadas de: crema de palta, requesón con hiervas, queso, manjar (como un dulce de leche, pero que no es jajá) dulce de algarrobiña, y unos dátiles, que solo hay para la época del corpus Cristi.

Pase mis últimos días, yendo a visitarlos a tomar mate, acompañado por las historias de Vladimico, leyendas, costumbres, palabras, consejos, recetas, etc. (una enciclopedia andina) en esa casa pequeña, pero acogedora, como las de todas las personas que le hacen bien a la vida, que han decidido participar, respetar y defenderla. Gracias realmente a Eleonor y Vladimico, por esas cosas simples compartidas.

Cuzco es una ciudad para conocer, revienta el mercado popular en las calles: seviche (pescado cocinado con limón) choclos blancos con queso, broche de carne con papas andinas (9 que por estos lados hay más de 200 variedades de papa) chicharrones de cerdo, canchitas (pururú andino) sándwich de palta, licuados con frutas frescas y gigantes, cuy a la parrilla (caballos, plato típico) etc. Una ciudad totalmente turística, donde en líneas generales, son muy amables con los que llegan. Si te apartas de los lugares turísticos, te puedes encontrar con un pueblo, que no olvida de donde viene, mantiene costumbres y sepulta rencores.

Con respecto a eso de las 7 maravillas del mundo. Me parece totalmente injusto y comercial. Todos los días el sol dibuja un horizonte diferente, alguien inventa una melodía nueva, al silbar, la naturaleza muestra otro paisaje asimétricamente bello y un niño quiere aprender a volar. Yo no sé si estoy loco, pero el mundo es maravilloso y nos rodea, si sabes mirar, no hay que pagar.

Escribo esto, tirado en una avenida, en frente tengo mis cosas, no se vende nada. Ya estoy lejos de Cuzco, pero fue un buen lugar, trabajamos y convivimos con Guille y Diana, salimos adelante entre todos, de esa forma pudimos conocer esa ciudad y sus alrededores.

El otro día mire un mapa de Latinoamérica que tengo, trace con un dedo, el viaje, desde Cosquín hasta acá. Ecuador está cerca, y de Perú falta, sigo sin vender nada, y no me importa, esta felicidad me hace emocionar y luego sonreír. Ustedes no saben porque estoy en las costas, o en realidad algún si, la cosa es que yo sé exactamente, porque estoy acá. Hay un propósito, y cuando se cumpla, se enteraran. Pero eso será el motivo, del próximo informe.

La temperatura cambio, me estoy alejando del frio, me estoy acercando cada vez más, a lo que soñé, se algo de lo que viene, pero no sé todo, y eso es lo mejor.

Desde Nazca, transmite Latinoamérica en 2 ruedas, hasta las próximas letras.

santi de la luna

2 comentarios:

  1. que buenoooo!!! me divierto mucho leyendo!!! un abrazo papilo cuidate mucho y espero saber pronto de vos, gracias por compartir tus dias con nosotros, un gran abrazo
    Fran

    ResponderEliminar
  2. Qué lindo encontrarme leyéndote de nuevo, de casualidad y después de tanto tiempo en Tilcara, me alegra volver a leerte feliz y con el mismo espíritu de changuito viajero y loco lindo!
    Beso y buen viaje!

    ResponderEliminar